
Casi terminado el grado universitario en Investigación Privada, Jordi Viassolo se enfrenta al reto compartido de toda su generación: encontrar un trabajo estable en la Barcelona postcrisis, mientras intenta emanciparse de casa de sus padres y divertirse con sus amigos con el escaso presupuesto del que dispone. Como suele ser habitual, solamente consigue un contrato de becario, temporal y mal pagado, en la agencia de detectives Private Eye, situada en el piso 22 de la Torre Mapfre.
Su cometido es simple: hacer guardia durante el verano sin meterse en ningún lío. Todo cambia cuando aparece un cliente desesperado asegurando que su mujer ha desaparecido, dejando una sospechosa carta de despedida. Él no dudará en aceptar el encargo, aunque para llevar a cabo la investigación tendrá que convencer a Recasens, un viejo y cínico detective de la agencia que vive a su aire.